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Talita APP, la aplicación móvil que ayuda a la rehabilitación de adicciones

“Una herramienta que permita acompañar a nuestros usuarios y usuarias cuando no estén con nosotros”. Con esa idea, los compañeros/as de servicio del Centro de Rehabilitación de Adicciones de Fundación Cristo Vive, Talita Kum, comenzaron a soñar una aplicación móvil. 

“El Talita”, como se le conoce afectivamente en Conchalí tiene un horario de funcionamiento determinado, pero las necesidades de quienes buscan rehabilitarse son continuas. Con ese objetivo, y con el secreto del amor como bandera, el equipo de trabajó planteó y se adjudicó un proyecto con el Ministerio de Desarrollo Social. 

Carmen Gloria Ñancupil, una de las encargadas de esta iniciativa, cuenta cómo fue el proceso de creación, cuáles factores fueron considerados para el desarrollo de esta app y el impacto positivo que ha tenido, lo que proyecta esta iniciativa como una posible política pública. 



¿De dónde surge la necesidad de crear una aplicación para trabajar junto a los usuarios/as?
Todos los años en la planificación anual tenemos un espacio que se llama “ideas innovadoras”, que proponemos como terapeutas a la dirección. En 2019 un compañero propuso una app y nos dio la idea de lo que podía ser. Esa fue una idea innovadora. 

En 2020 cuando comenzó la pandemia, nos resonaba eso. "Si tuviéramos una app sería mucho más sencillo", porque nos fuimos a la pandemia inventando cómo íbamos a hacer las intervenciones remotas.

Fuimos de a poco. Los fines de semana y en los tiempos de crisis era súper bueno tener algo a lo que los chiquillos pudieran echar mano y que no fuéramos necesariamente nosotros mismos.

Postulamos a un proyecto en el Ministerio de Desarrollo Social y propusimos hacer la app. Nos adjudicamos el proyecto y conversamos con un grupo de ingenieros que trabajan con nosotros. Les contamos la idea y comenzamos a trabajar.

Empezamos a pensar qué es lo que queríamos y tuvimos muchas reuniones entre nosotros y con ellos. Fuimos haciendo uso de gente externa para que mirara lo que estábamos haciendo.

Sabiendo que es una aplicación móvil, ¿cómo mantener la cercanía?
Las terapeutas ocupacionales, por ejemplo, fueron las primeras en desarrollar un video y nos dimos cuenta que era muy importante que fueran con nuestras voces, porque los chiquillos sentían cercano si era el mismo terapeuta que le hablaba.

Nos detuvimos y pensamos que todos los videos teníamos que iniciar saludando, porque la cercanía y transmitía lo mismo que hacemos en el Talita. Siempre los videos parten diciendo "Hola" soy terapeuta, digo mi nombre y ahí doy la recomendación".

Hicimos la división de todos los ítemes que queríamos abordar, intentamos que fueran acordes con lo que nos pide Senda. Así ordenamos un poco el quehacer.

¿Cómo fueron pensando lo operativo de la app?
Tuvimos que mirar cómo íbamos midiendo el riesgo. Por si era una situación de mayor o menor riesgo. Incorporamos también un botón de pánico, con la idea de una intervención en crisis. Cuando yo estoy con mucha dificultad, accedo a este botón que tiene recomendaciones súper concretas: primero para bajar el "craving" (deseo profundo de consumo), para ir al Instituto Psiquiátrico Horwitz, asistir al SAPU (atención primaria de urgencia) o teléfonos donde se puedan comunicar de urgencia.

Empezamos a pensar que debíamos hacer una división hombres / mujeres. Cuando avanzamos en eso, nos dimos cuenta que no era solo mujeres en general, porque tenemos chiquillas que están en gestación, que están embarazadas o en lactancia. Y eso tenía diferencias. Entonces tuvimos que hacer otra división. También decidimos conectar la app a la plataforma de YouTube, pensando en no ocupar espacio en los celulares de los chiquillos.

Cuando empezamos a definir los ejes, similares a los que tiene Senda (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol), nos dimos cuenta que debíamos construir cosas que tuvieran que ver con el tiempo libre, con el consumo, con la familia y ahí generamos equipos chiquitos para hacer los escritos, los videos y los audios.

Diseñaron la app en circunstancia de pandemia, pero termina siendo una herramienta que supera la pandemia. ¿Por qué?
La marcha blanca fue en plena pandemia. Primero con nuestro equipo para ver que funcionara bien en los teléfonos, junto con el equipo de ingeniería.

Luego lo hicimos con los usuarios para saber si a ellos les resultaba y les hacía sentido el contenido para la problemática de ellos. Todo esto fue en agosto de 2021.

En las reuniones de familia comenzamos a usar los videos que habíamos hecho para mostrarlos. Algunas familias nos decían "no somos tan tecnológicos, ¿esto se podría hacer en papel?". Y era volver hacia atrás. Debimos realizar dípticos y entregarlos a las familias. En las reuniones masivas como el 18 de septiembre, se volvió a masificar la idea de usar la app entre usuarios.

¿Cómo ha sido la evaluación de la app entre los usuarios y usuarias?
Súper buena. Hay una parte respecto al patrón de consumo que tiene varias indicaciones, nueve indicaciones de riesgo. Cuando estoy con una situación de "craving" muy alta, la app va ofreciéndome recomendaciones y luego pregunta cómo estoy, para medirme a modo semáforo: verde, amarillo o rojo.

Son recomendaciones que están probadas, que funcionan para retrasar el tiempo de consumo como hacer ejercicios, bañarse, comer algo dulce por ejemplo y varios ejercicios que ayudan a bajar la ansiedad. También hay métodos de relajación guiada, eso ayuda mucho cuando están en la casa.

Lo único que se espera es que uno pueda interrumpir el pensamiento y poder hacer otra cosa. Esto les ha hecho súper bien.

¿Qué desafíos temáticos tienen aún para incorporar a la aplicación?
Hemos visto que es necesario avanzar por el área de familia. Pensamos en una primera instancia que fueran usuarios y familia, no fue posible por los costos y la cantidad de contenido que había que producir. Esa área que tiene que ver con la psicoeducación es algo que nos falta y que las familias sí nos han pedido.

Específicamente para familias pusimos muchas cosas que tienen que ver con la violencia intrafamiliar. Dos o tres videos que tienen que ver con violencia y cómo detenerla y qué hacer pensando en los riesgos que eso implica.

El tema de los medicamentos que es algo vital para nosotros y que no está puesto aún. Pensamos que deberíamos seguir haciendo una ampliación y el otro desafío es incorporar algo para los adolescentes.

¿Han querido conocer más de esta experiencia de otras partes?
Nosotros expusimos en Senda para el macrozonal de la zona centro que participan todos los centros de tratamiento, desde Coquimbo hasta la Sexta Región. Y nos fue súper bien porque era novedoso. Desde ahí nos han preguntando.

Además vino un investigador que está haciendo un doctorado en herramientas innovadoras para tratamientos y entrevistó al equipo para conocer la app. Porque nosotros la entregamos por link, no está libre para que cualquier persona la vea, sino que la compartimos.

¿Esta aplicación tiene potencialidad de política pública, cómo lo evalúan?
Se ha conversado con Senda como una forma de utilizarlo. Creemos que podemos seguir conversando con el Ministerio de Desarrollo Social que fue el primero que financió la aplicación.

Consideramos que puede ser súper bueno tener estas posibilidades. Incorporar adolescentes, psicoeducación para las familias y eso sí podría ser más abierto. Hay familias que no necesariamente tienen a una persona en tratamiento pero sí tienen una persona que consume drogas en la casa.

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